Juan José Mendoza Alvarado
Están en circulación los resultados del estudio titulado "Pobreza infantil en América Latina y el Caribe" realizado de manera conjunta por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la UNICEF el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia desde el año de 2008. Los resultados de este estudio son preocupantes ya que muestran que "alrededor del 45% de la población menor de 18 años de América Latina vive en situación de pobreza, lo que afecta a casi 81 millones de niños, niñas y adolescentes que sufren privaciones como resultado de un déficit en el ejercicio de algunos de sus derechos" (pág. 13). En el documento se afirma que "las desigualdades en la distribución del ingreso en América Latina, que es la más regresiva del mundo, se han mantenido en los últimos 20 años e incluso en algunos casos han aumentado, situándose en 2008 a nivel regional, en un 0.52% según el Índice de Gini" (pág. 19).
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En el caso de México, como se puede observar en el cuadro, la pobreza infantil total es de 15, 843 900 niños los cuales no tienen acceso al menos a un derecho establecido en la Convención Internacional de los Derechos de los Niños (CDN) y de 4, 301 300 millones de niños mexicanos que se encuentran en condiciones de pobreza extrema. El estudio define la pobreza desde un enfoque multidimensional y de derechos, posición que constituye un avance metodológico significativo en relación a estudios anteriores de este mismo tipo. La medición de la pobreza bajo un enfoque de derechos implica, "considerar pobre a un niño ante el incumplimiento de cualquiera de sus derechos, aunque sea uno solo" (pág. 30). Los derechos de los niños que considera el estudio cubren los aspectos de nutrición, acceso a agua potable, saneamiento (sistema de alcantarillas), vivienda, educación y acceso a la información (electricidad, tenencia de radio, televisión o teléfono).
Para aquellos que creen que es posible enfrentar el problema de la pobreza únicamente desde el asistencialismo social (programas de apoyo gubernamental para mitigar la parte aguda de la pobreza) no harían mal en echarle un vistazo a este documento el cual es brutalmente concluyente a la hora de describir la nueva realidad de América Latina que parece estar describiendo el caso de México:
"América Latina y el Caribe es una de las regiones más desiguales del mundo. Gran parte de esta desigualdad está asociada a la distribución del patrimonio y otros activos, así como a las características de funcionamiento del mercado de trabajo. En la mayoría de los países de la región, la heterogeneidad productiva que caracteriza a las economías devela deficiencias estructurales en el mercado laboral, que se manifiestan en la creación insuficiente de puestos de trabajo, segmentaciones del empleo y prácticas de contratación que afectan negativamente a los que tienen menos educación, a los de mayor edad, a los más jóvenes y a las mujeres".
Para aquellos que son entusiastas partidarios de la reforma laboral que impulsan el PAN y el PRI, el documento sostiene que: "El empleo informal mantiene el predominio en la región, absorbiendo actualmente alrededor del 53% de la fuerza de trabajo ocupada (CEPAL, 2008d). Además, una alta proporción del empleo asalariado se ha precarizado a raíz de las políticas de flexibilización laboral, por lo que parte de la fuerza de trabajo se ha visto impulsada -u obligada- a utoemplearse, la mayoría de las veces enfrentando condiciones laborales inadecuadas y sin acceso a sistemas de protección en salud y seguridad social" (pág. 35).
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