lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Recesión de la economía mexicana?

Desde hace meses se discute, esencialmente en círculos académicos de nuestro país, acerca de si la economía mexicana se encuentra formalmente en recesión o no. Existe una idea bastante generalizada en nuestro país y en el mundo, en el sentido de que bastan dos trimestres consecutivos desestacionalizados de crecimiento económico negativo para decretar oficialmente la existencia de una recesión. Esta regla, no obstante su sencillez (especialmente si se le compara con la metodología desarrollada por el Buró Naciónal de Investigación Económica (NBER) de los Estados Unidos) constituye una buena regla de aproximación para determinar si la economía mexicana se encuentra o no en recesión. Como se puede observar en la gráfica 1, en el primer trimestre de 2013 la tasa de crecimiento económico trimestral fue de 0.0% y el del segundo trimestre fue de -5.8%. En sentido estricto, no tenemos dos trimestres de crecimiento económico negativo, lo cual constituye a todas luces un tecnicismo inútil pues la desaceleración de la economía mexicana para el primer semestre de 2013 es un hecho evidente.

Gráfica 1

Pero si tuviéramos que ser rigurosamente estrictos, tendríamos que recurrir al uso del Sistema de Indicadores Compuestos Coincidente y Adelantado (SICCA) y el de crecimiento denominado Sistema de Indicadores Cíclico (SIC) ambos elaborados en nuestro país por el INEGI:

"Si analizamos primero el SICCA, encontramos que el índice coincidente llegó a su punto máximo en noviembre de 2012 y tiene siete meses disminuyendo (existe información a junio). Esto significa que la economía mexicana ya está en una “recesión clásica” a partir de noviembre del año pasado. Si partimos de lo que dice el SIC, el índice coincidente registró un pico en junio de 2012 para entrar en una fase de “desaceleración” y en abril de 2013 entró en su fase de “recesión”. En esta Escuela se necesita por lo menos nueve meses de caída para declarar formalmente una recesión; a junio ya llevamos doce. Esto significa que la economía mexicana también se encuentra ya en una “recesión de crecimiento”." (1)

Como se observa, el análisis minucioso del SICCA y del SIC confirman lo que la gráfica 1 insinúa: la economía mexicana se encuentra formalmente en recesión, de poca profundidad aún, pero técnicamente en recesión.


1. ¿Recesión generalizada o recesión "hecha en México"? 

Un argumento frecuentemente invocado desde las oficinas de análisis económico oficial consiste en atribuir la desaceleración de la economía mexicana a "causas externas", a la inestabilidad financiera y desaceleración de la economía mundial como la causa fundamental de la desaceleración de la economía mexicana. Recientemente, Gerardo Esquivel (2) nos ha compartido un dato que clarifica la naturaleza parcialmente incorrecta de esa argumentación. Como se puede observar, la gráfica 2 muestra la tasa de crecimiento anualizada del PIB al segundo trimestre de 2013 para diversos países y regiones del mundo. La gráfica es muy elocuente: hay desaceleración en las economías desarrolladas del mundo y el comportamiento de la economía mexicana es atípico en relación a las economía latinoamericanas, región donde tendríamos que buscar parámetros similares de comparación. 
Gráfica 2


Comparados con economías de nuestra región, sólo la economía mexicana experimenta un crecimiento económico negativo al primer semestre de 2013. Si el argumento oficial fuese verdad, habría otras economías que también estarían en recesión, lo cual no está ocurriendo. Las causas de la desaceleración de la economía mexicana deben buscarse en el ámbito interno. Esquivel identifica esencialmente las siguientes causas: Hay, básicamente, tres factores que explican la situación económica actual de México: 1) una fuerte apreciación del tipo de cambio real; 2) el ajuste y ritmo de ejecución del gasto público y 3) la caída en el sector de la construcción. 

Los tres factores que identifica Esquivel, poseen fuertes implicaciones en la generación de riqueza y bienestar social de los mexicanos. La apreciación cambiaria ha encarecido los productos mexicanos en el exterior y esto ha perjudicado a las empresas que exportan sus productos al disminuir sus ventas en el mercado mundial, muchas de ellas tuvieron que reducir sus plantillas de personal arrojando a miles de trabajadores al desempleo; el sub-ejercicio del gasto público federal deterioró la prestación de la calidad de los servicios públicos que presta el gobierno: en los hospitales hay escasez de material para realizar las curaciones más elementales, desabasto de medicinas, falta de mantenimiento a los equipos de los cuales dependen miles de vidas humanas, desaparición del pago de viáticos para que las fuerzas federales cumplan con funciones de seguridad e inteligencia pública, los baños y la tecnología de las escuelas públicas sin mantenimiento; la caída de la industria de la construcción ha representado la pérdida de miles de empleos y sólo se explica por la caída de la inversión pública en este sector.

El costo social de nuestra incapacidad para generar un crecimiento económico auto-sostenible y sustentable ha sido muy alto para los trabajadores, para el sector empresarial y para quienes somos usuarios de servicios públicos en México. Esperamos que la recesión sea de carácter transitorio y que se reviertan las causas que dieron lugar a la misma. El déficit público programado para 2014, superior al orden de los 500 mil millones de pesos ayudarán en esta perspectiva, esperemos también que la mayor parte de ese gasto público esté orientado hacia la creación de infraestructura, pues las dudas y reservas sobre el aumento del déficit presupuestal para financiar un mayor gasto público están altamente justificadas a la luz de la ineficiencia y despilfarro que del mismo se ha hecho a lo largo de la historia económica de nuestro país.

REFERENCIAS

(1) Heath, Jonathan (2013). Recesión, Pulso Económico en "Reforma", 10 de septiembre. Consultado en: http://jonathanheath.net/2013/09/recesion/

(2) Esquivel, Gerardo (2013). Una recesión "Hecha en México", Revista Nexos, 3 de noviembre. Consultado en: http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2204450

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