viernes, 25 de noviembre de 2011
En búsqueda de las arcas perdidas...
DE KEYNES A KEYNES.
INTRODUCCIÓN
Comprender los acontecimientos que agobian al capitalismo internacional, desde muy diversas ópticas de la teoría económica, ortodoxa o no, parece un esfuerzo despojado de referentes históricos y, por ello, tiende a convertirse en una suerte de voluntarismo economicista que, en lo personal, ni puedo ni quiero compartir; una forma aceptablemente confiable de evitar la repetición de los errores pasados, que la historia generosamente nos cuenta, es la de conocerlos conociéndola, sin pretender apreciar a los momentos culminantes, ahora de la crisis en curso, como relámpagos carentes de entorno y antecedentes. Hoy se trata, en mi opinión, de realizar un ejercicio braudeliano, de recorrer y rescribir una historia de larga duración (más o menos), desde los amplios antecedentes de los años ochenta del siglo pasado hasta la nueva incertidumbre que acompaña al momento económico global que vivimos, incluyendo –por supuesto- la reivindicación de especulaciones válidas sobre el porvenir.
En el desarrollo del tema relativo a los cambios globales, el punto de partida más conveniente parece ser el del inicio de lo que Eric Hobsbawm llamó el siglo XX corto (1914-1991); esta historia, desde el fin de la Paz de los Cien Años hasta el de la era soviética, es el período al que Hobsbawm dedicó sus indagaciones para el estupendo producto que nos ofreció en 1994 . A nosotros corresponde, ahora, dedicar las nuestras sobre los aspectos centrales de lo acontecido en las dos últimas grandes depresiones: La que arranca en 1929 y aquella cuyo inicio podemos fechar en enero de 2007, sin que su duración, al mediar el 2009, sea ni remotamente predecible .
Las peculiaridades del fenómeno globalización, el que arranca justo con la conclusión de la Guerra Fría, permiten aislarlo de la recurrente tentación por considerar –como se hace en una caracterización realmente amplia- que la globalización se inició con los desembarcos de Cristóbal Colón y Vasco da Gama, en Guanahaní y Calicut, respectivamente y que sólo se ha interrumpido entre 1914 y 1945 . De satisfacer a esa tentación, para mi gusto, proviene la pérdida de eficacia explicativa del término y la comodidad de su uso, por ejemplo, en los espacios que por mucho tiempo ocupó el imperialismo. No obstante, y como veremos, hay similitudes –especialmente visibles en los orígenes y dinámica de las crisis económicas, tanto en 1929 como en el presente- que no pueden ignorarse; por ello, considero que la Era de oro del capitalismo global (1893-1914), es un momento previo de globalización que, por lo que significó y –muy especialmente- por lo que le siguió, ni puede ni debe ser ignorado. De tal circunstancia, en parte fundamental, se origina el nombre de este trabajo, que intenta responder a las razones por las que, en calidad de médico (o, mejor, como afirma Krugman, de reformista religioso, de Martín Lutero), J. M. Keynes interviene en un escenario económico que no se deja explicar, menos atender, por la ortodoxia económica y, cómo, tras una prolongada noche de fundamentalismo de mercado (con la aparición y éxitos de Ignacio de Loyola –Milton Friedman, para la analogía krugmaniana- y su orden de jesuitas –monetaristas- ), un keynesianismo sin Keynes (o, de nuevo Krugman, ahora afirmando que: “A largo plazo Keynes aún sigue vivo” ) hace acto de presencia en el crepúsculo del llamado neoliberalismo. La otra circunstancia relacionada con el título deriva de la percepción que se hizo y hoy se hace de Keynes, quien –a pesar del reconocimiento temprano de algunos marxistas, como Paul M. Sweezy - fue considerado mayoritariamente como un hombre de derecha, por autores como John K. Galbraith, Paul Mattik, Robert Skidelsky y... el mismísimo Keynes ; al respecto, resulta groseramente ilustrativo que en la licenciatura de economía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (México), por ejemplo, el curso sobre teoría keynesiana tiene la pintoresca denominación de Economía Burguesa II; en la actualidad, como bien nos lo recuerda Antonio Gazol en El Correo del Sur (19/10/2008)-extraordinario suplemento, propio de periodismo de primer mundo, que dirige el entrañable Adolfo Sánchez Rebolledo-, Keynes, “sin haberse movido un milímetro”, es percibido como una amenaza de izquierda . De Keynes a Keynes, intenta explicar ambos giros; y hasta aquí llega la explicación del título, ya que agrede al sentido común, por cuanto un título abundantemente explicado muy difícilmente puede ser atinado.
El plan del libro es el siguiente:
a) La primera parte está destinada a explicar los orígenes de la Gran Depresión, a destacar las reacciones de la economía estándar, poniéndolas en tensión con una primera aproximación al tema desde las elaboraciones keynesianas. En esta parte se intenta una caracterización de la misma crisis, con una exposición de lo que Keynes denominó su método y su análisis del fenómeno al debatir con los liquidacionistas y, en general, con los defensores del patrón oro. Se analizan los efectos mundiales de la Gran Depresión, destacando la emergencia del nacionalismo económico y sus más relevantes protagonistas; se pasa revista a sus más relevantes lecciones, comenzando con la exposición de las conexiones entre el crack de 1929 y la Gran Depresión y se describen los antecedentes, desarrollo y resultados de la Conferencia de Bretton Woods, así como las características del mundo de la posguerra.
b) La segunda parte inicia con la descripción de la llamada Edad de Oro, donde son visibles los acuerdos entre el conservadurismo moderado de los republicanos y el liberalismo, también moderado, de los demócratas, para producir y generalizar la economía mixta, con resultados plausibles para los más diversos agentes económicos. Se analiza el resurgimiento del conservadurismo radical, partiendo de las variables explicativas de su emergencia y la conversión del Partido Republicano en su hogar; se examina la expresión económica de los conservadores, desde el intento de desnaturalización-absorción de Keynes mediante la llamada síntesis neoclásica-keynesiana hasta la construcción de la hipótesis de las expectativas racionales, pasando por las propuestas monetaristas de Milton Friedman y su célebre tasa natural de desempleo. Se describe el surgimiento del conservadurismo desde el poder, con la histórica frase de Ronald Reagan, “El gobierno no es una solución para nuestros problemas; el gobierno es el problema”, y se continúa con la cascada de desregulaciones que, apoyadas en la supuesta magia del mercado, pavimentan el camino por el habría de transitar la crisis actual. Se examina el proceso de creación, desmembramiento, empaquetamiento y titulación de derivados, especialmente los subprime, de alto riesgo, y su distribución global, como embutidos envenenados, y la reorganización institucional que los posibilitó, abusando de los espíritus animales (la confianza y sus multiplicadores, la equidad, las historias y la ilusión monetaria) de las víctimas de la especulación y mostrando una parte, y sólo una parte, de la ineficacia de la economía estándar para mostrar alguna explicación plausible del fenómeno y sus consecuencias.
c) Una tercera parte, la final, se destina a describir las razones del regreso de Keynes, a partir de la enorme superioridad de sus aportaciones, sobre la economía convencional, para explicar el fenómeno crítico en curso y, lo que quizá sea más importante, para definir los derroteros de su superación. Aquí, por encima de la información que arroja la crisis, se destaca el hecho subyacente de percibirla, también y fundamentalmente, como el fracaso intelectual de las diversas expresiones neoclásicas de explicación del funcionamiento del sistema económico y de las llamadas turbulencias, para Keynes normalidades, que le acompañan. El libro concluye con un cuerpo de conclusiones que reivindican la actualidad de Keynes y con un anexo que se destina a describir la cronología de la crisis actual con sus, hasta ahora, visibles efectos y la comparación entre las eras keynesiana y poskeynesiana.
En el proceso de elaboración de este libro, he contado con las atinadas observaciones de cuatro grandes economistas mexicanos, Marcos T. Águila, Rolando Cordera Campos, Antonio Gazol Sánchez y Carlos Tello Macías y de un notable intelectual mexicano, José Woldenberg Karakowsky (para su fortuna, no economista) que, en todos los casos, sirvieron para enriquecer considerablemente los resultados. El apoyo de un viejo amigo, Francisco Gómez Ruiz, para lograr la mejor alternativa editorial, constituye un extraordinario favor, por el que le estoy profundamente agradecido. Una ayuda, por permanente no menos significativa, me ha sido proporcionada por mi mujer, Elsa Cadena González, quien –no sólo en este caso- me ha brindado sus amplios conocimientos sobre los misterios cibernéticos, para hacer del libro un resultado presentable. A todos ellos mi más agradecido reconocimiento; aunque, como es costumbre, quedan exonerados de cualquier responsabilidad sobre los errores, omisiones y excesos del libro que, también como es costumbre, deberán cargarse a mi cuenta.
Haga clic aquí para leer el libro completo>>
Comunicación Gubernamental, la perspectiva de Escobedo Delgado
jueves, 24 de noviembre de 2011
¿Presupuesto histórico para Nayarit?
MACROECONOMÍA ESTOCÁSTICA
Recomienda Guillermo Ortíz una Política Monetaria NO ortodoxa para el Banco Central Europeo
Desde el 1o. de marzo de 2011 es Presidente del Consejo Administración de Grupo Financiero Banorte, en sustitución de Roberto González Barrera que queda como Presidente Vitalicio.
El pasado 21 de noviembre, Ortíz Martínez publicó un artículo titulado "Es demasiado temprano para un Plan Brady para Grecia" en el influyente Financial Times donde expone las razones para que el Banco Central Europeo asuma un protagonismo más activo y decidido para reencauzar la crisis financiera europea. En este artículo Ortíz Martínez se apoya en la experiencia mexicana y de latinoamérica para hacer recomendaciones a Europa.
jueves, 10 de noviembre de 2011
G-20, catalizador del desastre
La semana pasada la crisis económica atravesó un nuevo umbral. Los líderes
del G-20 tuvieron que concluir su cónclave en medio de un estrepitoso fracaso. Mostraron que no sólo no pueden comprender la gravedad de la crisis, con niveles de desempleo no vistos en ocho décadas. También revelaron su incapacidad para reconocer que las respuestas basadas en políticas neoliberales han agravado el colapso económico y prolongado la duración de la crisis.
En medio de los aplausos que se endilgaron mutuamente, los líderes contribuyeron a acelerar el ritmo de la historia. Hoy se yerguen como catalizadores de la historia de la segunda gran depresión.
La cumbre en Cannes era vista por Sarkozy como el foro en que debía lucir su figura como uno de los principales artífices de la solución definitiva de la crisis del euro. La reunión debía mostrar que si el Grupo de los Veinte desempeña un papel importante en la gestión de la economía mundial (y de la globalización neoliberal), eso se debía en buena medida al liderazgo del francés. Eso le hubiera permitido arrancar su campaña electoral (hay elecciones presidenciales en Francia muy pronto) sobre la idea de que él es la mejor opción para resolver la crisis. El fracaso del G-20 muestra que la realidad suele ser cruel con los ambiciosos.
Existen varias razones detrás del fiasco en Cannes. Para empezar, el desplante de Papandreou tuvo un efecto inesperado. Hizo que la crisis griega se tragara por completo al G-20, cual cíclope gigantesco que devorara a sus prisioneros. La reacción después del anuncio del referéndum también mostró el desprecio feroz que se tiene hacia la democracia. Esa consulta probablemente se habría saldado por unsí
a favor de mantener el país en la zona euro y, desde esa perspectiva, hubiera sido una forma de amarrar los programas de austeridad que afectarán a esa nación durante los próximos 20 años. Entonces, ¿por qué tanto susto con la idea del referéndum y por qué presionar con todo para matarlo en estado embrionario? Porque el efecto de demostración habría sentado un precedente que el capital financiero y sus adláteres políticos juzgan peligroso. No pueden darse el lujo de aceptar que existen instancias superiores a la lógica de la rentabilidad automática. El capital financiero considera que tiene que reinar supremo. Por eso se presionó a Papandreou y a toda la clase política griega para que diera marcha atrás, lo que acarreaba un costo político elevado, como muestra la caída del gobierno de Papandreou.
De todos modos, aún con el retiro del proyecto de referéndum, el daño ya estaba hecho. El simple anuncio del plebiscito hizo añicos los dizque planes tan promocionados por Sarkozy y la Merkel para rescatar al euro. Eso hizo que la reunión del G-20 en Cannes se estancara sin poder avanzar sobre los puntos de su agenda. El tema de la posible tasa fiscal sobre las transacciones financieras para frenar la especulación y generar ingresos fiscales no pudo ser tratado en las discusiones. Obama no tuvo que decir que su secretario del Tesoro y Wall Street se oponen a esa medida. Por su parte, la cuestión de las reformas al sistema monetario internacional apenas fue mencionado tímidamente.
El plato fuerte era, por supuesto, el proyecto de ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) a través de un esquema de apalancamiento. Todo se desdibujó por el anuncio del referéndum. La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, fue la más elocuente al preguntar: ¿por qué habríamos de invertir en este fondo si los europeos mismos no quieren hacerlo?
Italia está ahora en el corazón de la crisis del euro, pero Berlusconi está más ocupado en los juicios que se le han venido encima por los escándalos en los que está envuelto, que en enfrentar el problema de la deuda italiana. Esta semana los bonos italianos a 10 años tuvieron que colocarse en los mercados internacionales al nivel más alto desde 1997. Esta elevación del costo financiero de la deuda italiana constituye un muy mal presagio.
El G-20 le impuso a Berlusconi la supervisión del equipo del Fondo Monetario Internacional para aplicar más planes de austeridad. La necedad del G-20 no tiene límites: el crecimiento se verá frenado y la recaudación también. Se viene encima un problema porque la austeridad acabará por frenar el crecimiento, ahogar la recaudación y, en consecuencia, por disparar el déficit fiscal y la relación deuda/PIB.
La globalización neoliberal está fundada sobre la idea de que los mercados se autorregulan y de que el mercado capitalista no necesita ningún tipo de intervención política para mantenerlo funcionando. Por definición, esto implica borrar la dimensión política y llevarla a la desaparición. Los líderes del G-20 permanecen prisioneros de esta visión de las cosas. Desde esta perspectiva es normal que sean incapaces de trazar un análisis que implique algún tipo de regulación política para salir de la crisis.
martes, 8 de noviembre de 2011
El viaje mortal de la eurozona
lunes, 7 de noviembre de 2011
Armando Fuentes Aguirre (Catón) dictará conferencia sobre el "México de Hoy" en Tepic
- Será este viernes 11 de noviembre a las 8:30 hrs, en el salón de eventos María Magdalena que se llevará a cabo la Conferencia-desayuno de este conocido y ameno periodista.
domingo, 6 de noviembre de 2011
La Globalización de la Protesta: Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía, 2001)
Estudiantes de Harvard que demandan una perspectiva más amplia del curso de Introducción a la Economía de Mankiw marcharon por el campus universitario
- También expresaron su solidaridad con los Ocupacionistas de Wall-Street.
viernes, 4 de noviembre de 2011
Un grupo de estudiantes del curso "Introducción a la Economía" que imparte Gregory Mankiw en Harvard se ponen en Huelga
- Acusan a Mankiw de enseñar una "Economía" que expone un específico -y limitado- punto de vista que perpetúa la problemática y la desigualdad económica.
- Alertan que, si Harvard falla en equipar a sus estudiantes con una amplia y crítica comprensión de la Economía, sus acciones probablemente lastimarán el Sistema Financiero Global
I. LAS CAUSAS DEL DESCONTENTO DEL GRUPO DE ESTUDIANTES DE HARVARD
Nicholas Gregory Mankiw es el profesor titular del "Curso introductorio a la Economía" denominado como "Economía 10" en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard en el cual se matriculan de manera regular alrededor de 700 alumnos. Sobre su curso, el grupo de estudiantes huelguistas (alrededor de 70 alumnos, que además son solidarios con el movimiento de ocupacionistas de Wall Street) expresan: "Hoy, estamos en huelga de vuestra clase, Economía 10, con el objetivo de expresar nuestra inconformidad con el sesgo inherente en vuestro curso de Introducción a la Economía. Nosotros estamos profundamente preocupados con la forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, la Universidad y a la mayor parte de nuestra sociedad." Enseguida argumentan que "Como estudiantes universitarios de Harvard, nos inscribimos en Economía 10 esperando obtener un amplio e introductorio fundamento de la Teoría Económica que nos auxilie en varios propósitos intelectuales y disciplinas diversas, las cuales van de la Economía y el Gobierno a las Ciencias Ambientales y la Política Pública y más allá. En lugar de ello, nos encontramos un curso que expone un específico -y limitado- punto de vista de la economía que nosotros creemos perpetúa la problemática y la desigualdad económica de sistemas ineficientes en nuestra sociedad de hoy." Terminan lanzando un alerta: "Los estudiantes graduados de Harvard juegan un rol muy importante en las instituciones financieras y en la forma que las Políticas Públicas se aplican en el mundo. Si Harvard falla en equipar a sus estudiantes con una amplia y crítica comprensión de la Economía, sus acciones probablemente lastimarán el Sistema Financiero Global. Los últimos cinco años de confusión económica han sido prueba suficiente de ello." (Harvard Political Review).
Contra lo que muchos pudieran pensar, el grupo de estudiantes que protestan en la Universidad de Harvard, sí tienen la posibilidad de enrolarse en un curso diferente al de Mankiw y con una orientación teórica mucho más abierta e incluyente que el que posee "Eco-10", se trata del curso de Stephen Marglin titulado "Análisis Social" un profesor de orientación heterodoxa que ha sobrevivido en esta conservadora universidad cual especie rara en peligro de extinción. El único inconveniente radica en que no se oferta de manera paralela al curso de Mankiw y en que hay que esperar un poco de tiempo.
II. CIENCIA ECONÓMICA Y REALIDAD: "EL MAPA NO ES EL TERRITORIO", LA TENSIÓN CONSTANTE.
Aún cuando es más que evidente la naturaleza política de la protesta del grupo de jóvenes huelguistas de la Universidad de Harvard, me parece que sí existe una exigencia hacia nuestra disciplina que tiene como origen tanto a estudiantes como a profesionales de la Ciencia Económica. Ya desde marzo de 2003 estudiantes de economía de la Universidad de Harvard habían lanzado una petición similar al departamento de Economía demandando un curso de introducción a la Economía "más balanceado y que cubriera un espectro más amplio de perspectivas de estudio" y que no se limitara solo a enseñar las modas del pensamiento, sino también desafiara a los estudiantes a pensar de manera crítica y más profunda en relación con las verdades convencionales. Se referían desde entonces al curso de Mankiw. Pero incluso antes, en junio de 2000 en París, un pequeño grupo de estudiantes de Economía hicieron circular una petición haciendo un llamado para la reforma del currículum del programa de estudios de la Economía. Uno duda de que alguno de estos estudiantes en sus más alocados sueños anticipara el efecto que su iniciativa tendría. Su petición fue corta, modesta y restringida. Su primera parte: "Deseamos escapar de mundos imaginarios", sintetiza contra lo que ellos estaban protestando. (A brief history of the post-autistic economics movement).
Reflexionaban los jóvenes parisinos en su manifiesto:
"Most of us have chosen to study economics so as to acquire a deep understanding of the economic phenomena with which the citizens of today are confronted. But the teaching that is offered, that is to say for the most part neoclassical theory or approaches derived from it, does not generally answer this expectation. Indeed, even when the theory legitimately detaches itself from contingencies in the first instance, it rarely carries out the necessary return to the facts. The empirical side (historical facts, functioning of institutions, study of the behaviors and strategies of the agents . . .) is almost nonexistent. Furthermore, this gap in the teaching, this disregard for concrete realities, poses an enormous problem for those who would like to render themselves useful to economic and social actors."
Los estudiantes parisinos demandaban un espectro de perspectiva de análisis de estudio más amplio y plural:
"Too often the lectures leave no place for reflection. Out of all the approaches to economic questions that exist, generally only one is presented to us. This approach is supposed to explain everything by means of a purely axiomatic process, as if this were THE economic truth. We do not accept this dogmatism. We want a pluralism of approaches, adapted to the complexity of the objects and to the uncertainty surrounding most of the big questions in economics (unemployment, inequalities, the place of financial markets, the advantages and disadvantages of free-trade, globalization, economic development, etc."
Más recientemente, con motivo de algunas enseñanzas que la "Primera Gran Crísis del Siglo XXI" nos ha dejado a los economistas, Brad Delong demandaba: "La realidad es que necesitamos menos teóricos de los mercados eficientes y más especialistas en microestructura, límites del arbitraje y sesgos cognoscitivos. Necesitamos menos teóricos del equilibrio entre las empresas y los ciclos y más keynesianos y monetaristas de los de antes. Necesitamos más historiadores monetarios e historiadores del pensamiento económico y menos constructores de modelos. Necesitamos más Eichengreens, Shillers, Akerlofs, Reinharts y Rogoffs... por no hablar de Kindleberger, Minsky o Bagehot."
Esta exigencia es todavía más fuerte para la Ciencia Económica que se reproduce y crea en los países no desarrollados. Hasta hoy, la aplicación dogmática y "poco creativa" de los preceptos convencionales generados en los países desarrollados han dejado en América Latina, Africa y Asia sociedades fracturadas, divididas, polarizadas económica y socialmente y en proceso de descomposición institucional y social.
También le pudiera interesar:
"Huelga sobre sobre las mentiras de Mankiw. En el blog de Robert Vienneau.
"Un cuento sobre dos cursos de Economía". En The Harvard Crimson.
"La Ciencia Económica en Crísis". El artículo de J. Bradford DeLong.
Dadme una palanca y hundiré al mundo
Alejandro Nadal
"En los dramas de Eurípides y Sófocles las figuras heroicas frecuentemente se suicidan para liberarse de situaciones en las que se saben perdidos de antemano. Para el héroe no hay salida y camina inexorablemente hacia su propia destrucción. Los profetas en la tragedia griega poseen información y la utilizan para encauzar al héroe hacia su destrucción, presentándola a través de adivinanzas indescifrables o herméticos enigmas."
"La tradición se mantiene viva en Europa, pues hace unos días, en la cumbre de líderes europeos para dar la solución definitiva a la crisis del euro, se hizo alarde de los mismos impulsos suicidas y se sentaron las bases de la destrucción inexorable de la moneda común."
"La cumbre anunció una rasurada de 50 por ciento sobre el principal de la deuda griega. Se dice que es un recorte voluntario para no desencadenar un evento crediticio
. Pero ¿qué es un evento crediticio
? Ese eufemismo alude veladamente al cataclismo financiero que se produciría si se cumplen las condiciones de los seguros de deuda que los bancos europeos han contratado con sus contrapartes estadunidenses para cubrirse en caso de impago por parte de algún gobierno de la eurozona. Para que los bancos acepten, se les ha presionado, chantajeado y corrompido con un paquete de incentivos
de 30 mil millones de euros."
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martes, 1 de noviembre de 2011
Europa: danzando entre las llamas...
Jorge Suárez-Vélez (Diario de la Crisis)
"El talón de Aquiles de la economía europea está en su sistema bancario, mucho más apalancado que el estadounidense. Se estima que si el sistema estadounidense está apalancado 13 veces (por cada dólar de capital ha dado 13 dólares de crédito), el sistema francés lo está 26 y el alemán 32 veces. Esto quiere decir que si hubiera una baja en el precio de los activos bancarios de 8%, eso se comería todo el capital de la banca estadounidense, pero el francés requeriría de una baja de 4% y el alemán de tan solo 3%."
"La baja capitalización de la banca europea (es decir, el alto apalancamiento), combinado con la enorme inversión en deuda soberana emitida por países de la periferia (Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia), limitan fuertemente el rango de acción de las autoridades financieras. Los bancos tienen que reducir su apalancamiento para estar mejor preparados para resistir una posible recesión y una potencial caída en los precios de los bonos emitidos por los países de la periferia. El descuento de 50% propuesto para la deuda griega, por ejemplo, sería absorbido íntegramente por los balances bancarios (aunque este no aplica para los bonos en las manos del banco central europeo). Para bajar el apalancamiento se tiene dos alternativas: o se levanta capital fresco, o se reduce la disponibilidad de crédito y se venden activos. La primera opción implica una dilución en la participación accionaria de los inversionistas actuales. Es decir que si un banco francés duplicara el capital que tiene para llegar a estándares estadounidenses, quien antes era dueño de 5% del banco ahora tendría 2.5%. Por ello, los accionistas de los bancos preferirán simplemente vender activos."
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lunes, 31 de octubre de 2011
"El pulso de América Latina 2011", El Latinobarómetro: las percepciones en común
De la falsa monarquía al feudalismo imperfecto
sábado, 29 de octubre de 2011
Es el momento de poner en el centro de la política económica elevar el PIB de los Estados Unidos: Christina D. Romer
viernes, 28 de octubre de 2011
"Porque las ideas no se imponen, se proponen": Julian Sánchez
- Tomaron protesta Julián Sánchez y Ramón Medina como Presidente del Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos y Concejal Universitario Estudiantil de la Unidad Académica de Economía respectivamente para el período 2011-2012