Durante la instalación del Programa para la Formalización del Empleo 2013, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, reconoció que éste “es un esfuerzo inicial significativo, pero dada la magnitud de la informalidad en el país (59%) debemos reconocer que es apenas un primer paso”. También reconoció que la suerte del programa para la formalización del empleo está vinculada a la suerte de la Reforma Hacendaria, misma que será presentada en el cercano mes de septiembre. De igual manera estableció que de manera complementaria, se establecerán las bases para crear el Sistema de Seguridad Social Universal, “que permitirá que todos los mexicanos cuenten con servicios de salud, seguro de desempleo temporal y una pensión básica para el retiro”. Asimismo, “estamos rediseñando los programas sociales para fomentar que más mexicanos se incorporen al sector formal de la economía”.
El Programa para la formalización del empleo, la Reforma Hacendaria y el Sistema de Seguridad Social Universal constituyen las tres estrategias tendientes a disminuir la informalidad laboral en la economía mexicana diseñadas por el gobierno de EPN luego de que como él mismo reconoció, el INEGI rectificara sus cuentas y estableciera que la informalidad está presente en seis de cada 10 empleos y no en tres de 10, como anteriormente se consideraba. En realidad, tanto el Programa para la Formalización del Empleo como el Sistema de Seguridad Social Universal dependerán en buena medida de la suerte y los alcances que los integrantes del Pacto por México acuerden en torno a la Reforma Hacendaria. Habrá que estar atento en ella y analizar las características de las otras dos. Deseables las tres, su suerte estará determinada por una Reforma Hacendaria largamente pospuesta desde fines de los años sesenta en que Nicholas Kaldor viniera a México específicamente para diseñarla.
Para estados como Nayarit, en el cual el 66% de la población económicamente ocupada se encuentra en condiciones de informalidad laboral -por arriba del promedio nacional- el anuncio del programa para la formalización del empleo es una señal de esperanza pero también de escepticismo. Sabemos que el calado de la reforma hacendaria necesaria para que las ideas propuestas se hagan realidad no será sencillo consensarlas, por eso habrá que estar muy atentos en ella.
Para estados como Nayarit, en el cual el 66% de la población económicamente ocupada se encuentra en condiciones de informalidad laboral -por arriba del promedio nacional- el anuncio del programa para la formalización del empleo es una señal de esperanza pero también de escepticismo. Sabemos que el calado de la reforma hacendaria necesaria para que las ideas propuestas se hagan realidad no será sencillo consensarlas, por eso habrá que estar muy atentos en ella.
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